miércoles, 9 de junio de 2010

Como se hallan y aíslan los microorganismos productores de los antibióticos.


El ingenio humano se ha derrochado generosamente con el espíritu de un verdadero cazador detrás de cada posibilidad de dar con un organismo capaz de producir sustancias antibióticas. Con tal objeto si imaginaron numerosos métodos, muchos de los cuales no han persistido porque resultaban demasiado laboriosos o porque los resultados obtenidos no eran fáciles de interpretar.
En general, puede decirse que la búsqueda directa de antibióticos se puede efectuar de dos maneras, cada una de las cuales tiene particularidades propias, aunque estan ligadas entre si, como veremos de inmediato. Ellas son:
Examen sistemático de cultivos puros de microorganismos, sea los que se guardan en colecciones o recogidos al azar.
La investigación de poblaciones microbianas mezcladas, sea del suelo, cloacas, heces, aire, polvo, abonos, etc., previa una selección y de acuerdo con los métodos idénticos a los empleados con cultivos puros.
Los métodos se han dividido en dos grupos, según sea si el antagonista, cuya capacidad se analiza, y el organismo frente al cual se prueba dicha propiedad, se cultivan al mismo tiempo (implantación simultánea) o si el organismo de prueba se siembra después que el antagonista ha desarrollado un cierto tiempo (implantación sucesiva). Esta distinción, que pudiera parecer trivial a primera vista, es importante en la práctica, porque el primero de los métodos no puede mostrar efectos positivos si se trata de la producción de un antibiótico incapaz de disolver células antagonizadas, excepto que el antagonista crezca mucho más rápidamente. Por el otro lado, si el organismo de prueba se introduce después que el antibiótico se ha producido, será posible observar efectos tanto si la sustancia activa bacteriostática, o sea, simplemente capaz de impedir el desarrollo del germen de prueba, si es bactericida, es decir que mata a los organismos, o bien bacteriolítica, con la propiedad de disolver otros microbios.
Asimismo pueden subdividirse dichos métodos de acuerdo a si el antagonista está presente o ausente mientras el germen de prueba se está desarrollando. Este hecho es de mucha importancia, ya que en determinados casos solo hay resultados positivos (es el caso de sustancias muy inestables) cuando el antibiótico se forma continuamente durante el desarrollo del germen de prueba.
Hay dos divisiones entre las bacterias comunes respecto a su comportamiento frente a una técnica de tinción, la de Gram, que permite una separación de notable utilidad en la clasificación de los gérmenes. Los que retienen el colorante violeta de genciana mordentado con iodo, después de un lavado con alcohol o acetona, se llaman Gram positivos, y los que lo pierden en iguales condiciones y pueden ser nuevamente coloreados con otro tinte de contraste, se denominan Gram negativos.
Esta separación que pudiera parecer un poco arbitraria, demuestra tener profundas bases en la fisiología y estructura de las células y también en cuanto a la sensibilidad frente a distintos antibióticos, pues hay algunos que obran solamente sobre organismos Gram positivos, mientras otros (mucho menores en número) exclusivamente lo hacen sobre Gram negativos. Aunque hay un importante grupo que actúa, en general sobre ambos grupos de gérmenes.

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